Mostrando entradas con la etiqueta love. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta love. Mostrar todas las entradas


Decir adiós siempre es complicado. Yo creo que nací con una incapacidad enorme para decir adiós, quizá más incluso que la mayoría de los mortales. En cualquier despedida rompo a llorar desconsoladamente y me lleva días sobreponerme a la, para mí, pérdida que ha supuesto ese adiós. A pesar de que hoy mismo me voy definitivamente a vivir a Londres todavía no he asimilado completamente lo que realmente significa.

Echaré mucho de menos a mi familia. Todavía podré verlos, sí, volveré a España de vez en cuando y podré pasar tiempo con ellos pero no será lo mismo. He estado bastante tiempo manteniendo un contacto ínfimo por un gran roce que tuve hace varios meses y decidí retomar contacto para poder despedirme tanto de mis padres como de mis hermanos, especialmente éstos últimos que no tenían culpa alguna. Sinceramente, los echaré en falta. A todos y cada uno de ellos. Mamá, papá, peques, ¡os echaré mucho de menos!

También echaré mucho en falta a mis amigos y otros familiares. Precisamente ese roce que me hizo perder el contacto con mi familia más cercana, me acercó más a otras personas para las que jamás creí ser relevante. Ese acercamiento enfortaleció amistades y relaciones familiares y me hizo saber que si en un futuro necesito a alguien cerca de mí, tengo muchas personas que estarán ahí para echarme una mano del mismo modo que querré estar yo si la situación es a la inversa. Se han derramado lágrimas de ojos que jamás creí que llorarían por mí demostrándome que hace años concluí erróneamente que no podían existir tales lazos entre personas de distinta sangre.

Los adioses duelen. Siempre lo hacen. Pero tras un adiós siempre hay un hola. Hola, Londres; hola, amor. Porque mi marcha tiene un motivo bastante claro. Es algo que, a pesar de todo, ha conseguido superar lo que me retenía en España, que no eran pocas cosas, tirando de mí con una fuerza sobrehumana. Dicen que el amor mueve montañas y no puedo estar más de acuerdo. Mi pareja - que vive allí ahora - y yo nos vamos a vivir juntos. Es un nuevo comienzo muy prometedor, lleno de experiencias por descubrir y un gran porvenir por delante. Llega al fin el momento en el que además de compartir nuestro amor vamos a vivirlo y a disfrutarlo; vamos a darle la importancia que se merece, convirtiéndolo en un elemento central - que no único - de nuestras vidas. Porque el amor a cualquier nivel, el amor que se desarrolla en total libertad, es la verdadera luz que deja ver nuestra felicidad. Es paz, es armonía, es bienestar, es espíritu, es libertad.
Sé que la etapa que voy a vivir ahora no siempre será fácil, pero también sé que merecerá la pena esforzarse y tirarse a la piscina para vivirla al 100%.

Una historia de amor en Londres 
Estoy oficialmente a 25 días de mi mudanza definitiva a Londres. Mi novio y yo nos encontraremos allí para empezar una vida juntos después de un año separados.
Si mudarse de ciudad ya es emocionante de por sí, cambiar de país no solo salta fronteras físicas y políticas si no emocionales.

Ahora mismo el corazón me está dando volteretas, y mi cabeza reproduce una y otra vez cómo imagino nuestro encuentro. No puedo evitar planificar qué peinado llevaré, qué ropa me pondré, e incluso cómo me acercaré a él y qué haré primero cuando lo vea, porque los tres meses que llevamos sin vernos se hacen notar. De pronto en asuntos de la intimidad me siento más patosa, y la vergüenza y nervios de nuestros primeros besos vuelven a aflorar en forma de mariposas en mi estómago.

El nivel de implicación emocional en una transición así ha sido para mí el segundo mayor hasta ahora (puedes leer acerca del primero aquí).
Un cambio de este calibre acarrea un gran conjunto de cambios más pequeños. En las cinco o seis semanas que preceden a mi partida he tenido (y tengo) que gestionar varios asuntos (para cada uno de los cuales tendréis - probablemente - un post dedicado):
  • despedirme de toda mi familia (incluyendo hermanos pequeños - ¡os quiero, peques!) y amigos, 
  • organizar cómo mantendré el contacto con las personas a las que dejo atrás,
  • dejar mi actual trabajo (en el que estaba maravillosamente) - habiendo encontrado antes uno en Londres,
  • preparar mi partida incluyendo qué pertenencias dejaré atrás y cuáles me llevaré para empezar mi nueva vida,
  • así mismo, decidir qué elementos debo comprar en España antes de partir (puesto que el cambio de euros a libras hace necesario este trámite),
  • organizar la mudanza,
  • buscar una nueva vivienda y
  • habituarme a mi nueva ciudad hasta convertirla en mi hogar.
Está siendo difícil a la vez que llevadero, porque al fin y al cabo sé que lo estoy haciendo a cambio de un gran bienestar a nivel personal que empezaba a ser imprescindible - mi novio y yo llevábamos un año viviendo a distancia, y 5 años y medio de relación. Se trata de un cambio que por su naturaleza está muy guiado por el corazón, y a pesar de ello debo obligarme a no dejar la lógica de lado.
Irte a un país nuevo a vivir con tu pareja cuando no ha habido convivencia previa puede salir muy bien, pero también puede fallar. Vale la pena reflexionar sobre ello antes de dar el paso, teniendo bien claros los motivos que te han llevado a tomar la decisión. Es importante tener un plan que te permita hacer las cosas paso a paso y con buena letra. Es mucho - muchísimo - lo que está en juego.

Tras varios meses de reflexiones compartiré con vosotros lo que quiero decir con una serie de reflexiones a nivel personal:
  • "No me estoy yendo a Londres por mi novio. Me estoy yendo por mí misma. Somos yo y mi vida personal los que lo necesitamos. Por extensión, el estar juntos beneficiará emocionalmente a mi novio, que a su vez me beneficiará a mí. ¡Retroalimentación!"
  • "No debo tener prisa. Ahora que estaré allí, si debemos estar durante un tiempo viviendo en habitaciones separadas antes de encontrar un lugar en el que ambos estemos a gusto, que así sea. Prefiero esperar, a que nos precipitemos sobre una mala vivienda y que la falta de espacio personal termine por saturarnos, acabando con nuestra relación."
  • "No he tomado la decisión de irme sin antes tener un trabajo allí. Si se hubiera hecho necesario vivir allí para encontrarlo, me hubiera trasladado sin tener ninguna oferta, pero era preferible evitar esa situación. Considero importante, por mucho que quieras a tu pareja, no pretender depender durante un largo período de tiempo de sus recursos. La independencia te da mayor libertad, que a su vez pone al alcance de tu mano tu propia felicidad y la de los tuyos por extensión."
  • "Aunque esta transición tiene mucho de aventura, no es una idea loca. Hay mucha reflexión detrás, muchos preparativos y una larga relación que nos ha permitido conocernos e intuir si juntos seguiremos siendo compatibles."
En fin... dejaré que los nervios sigan floreciendo y ¡deseadme suerte!
author
Alexandra Rouge
Quiero que este blog se convierta en mi rinconcito especial. Un espacio en el que compartir aficiones, pensamientos, anécdotas personales o reflexiones. Parto con total libertad para volcar en él todo aquello de lo que me apetezca hablar; tan banal y utilitario como unas compras de ropa que quería conseguir o que he disfrutado, o tan profundo como un artículo de investigación de un tema del que he querido reflexionar con mayor profundidad. Publicaré lo que vaya surgiendo, cuando vaya surgiendo. Sin más. Y que evolucione solo.
¡Espero que lo disfrutéis tanto como yo! ¡Nos vemos por aquí!